El León de Judá es el símbolo de la tribu de Judá
Génesis 49:8-10 8 Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti. 9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará? 10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.
Jesús es llamado en la Biblia «León de la tribu de Judá». El significado de esta expresión está relacionado con su linaje terrenal, la tribu de Judá. Esta frase se refiere al hecho de que en Cristo se cumplen todas las promesas del reino hechas a la iglesia.
El Rey de la selva:
El león es denominado ‘rey de la selva’ por su porte imponente, majestuoso, y por su fuerte rugido que genera temor, así como por su regia melena. Este impresionante animal tiene una gran capacidad para dominar a la manada y, además, es el mayor depredador dentro de la cadena alimenticia. Los leones machos tienen un gran tamaño y en su edad adulta alcanzan los 250 kilos de peso.
Como símbolo, el león tiene correspondencias con el oro (sol subterráneo) y con el sol mismo, mientras que la relación entre el sol y el león encuentra ya expresión en las culturas de la Antigüedad y persiste luego desde la Edad Media en adelante. Rey de los animales y poseedor de la fuerza, el león es símbolo de dignidad y victoria, así como de lucha perpetua y exaltación de la virilidad. Dado que, en su poder y justicia, Dios es como un león, la Tribu de Judá es, por carácter transitivo, comparada a su vez con un león. A través del nombre «Ariel» (León de Dios), en el idioma y cultura de los israelitas, la ciudad de Jerusalén es asociada al rey David, quien según la tradición bíblica pertenecía a la Tribu de Judá. Consecuentemente, con el correr de los siglos, el León de Judá llegó a convertirse en símbolo de Jerusalén, siendo adoptado y representado tanto por las comunidades judías de Israel como por aquellas otras que viven en otras partes del mundo.
Cabe destacar que esta comparación que se hace de Cristo con el león, tiene una razón de ser, ya que este animal es poderoso y es llamado el rey de la selva, ya que su rugido puede ser escuchado a más de 8 km de distancia. Sin embargo, el rugir de Jesucristo será más potente, ya que será escuchado por el mundo entero.
La figura del león
De acuerdo con la tradición judía, el iniciador de la Tribu de Judá fue uno de los hijos de Jacob, llamado precisamente Judá (en hebreo, Yehuda), siendo el propio Jacob quien le otorgó a Judá simbólicamente un león al bendecirlo y llamarlo Gur Aryeh (hebreo: גּוּר אַרְיֵה יְהוּדָה — «Cachorro de león»).1 Simbólicamente, tal noción tiene su correspondencia con el sol naciente.
La figura del león en la Biblia significa poder, fuerza y confianza (Jueces 14:18; Proverbios 28:1). En tiempos bíblicos, los leones eran comunes en las regiones de Palestina. De esta forma, los leones formaban parte del simbolismo político y religioso de la época.
Para los judíos, el león era la más poderosa de las bestias. Es por esto que el rey Salomón, el rey más rico y sabio que ha existido en la tierra, representó su trono con 14 leones. (1 Reyes 10:19-20).
1 Reyes 10:19-20
19 Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones. 20 Estaban también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro; en ningún otro reino se había hecho trono semejante.
Significado Profético del León
Apocalipsis 5:2-4
Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido.
Apocalipsis 5:5 Entonces uno de los ancianos me dijo*: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos.
Apocalipsis 5:6 dice: «Entonces vi, en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.»
Jesús cumplió las profecías del Antiguo Testamento, porque descendía de la tribu de Judá y era del linaje de David. En las Escrituras encontramos que a Jesús se le conoce como el León de Judá. El apóstol Juan tiene una visión y mira a uno sentado en el trono sosteniendo en su mano derecha un libro. Y un ángel fuerte pregonando ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Juan estaba compungido, llorando, y un anciano se le acerca y le dice no llores, he aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. (Apocalipsis 5:1-5). Continúa diciendo, el Cordero que fue inmolado, el que tiene los siete espíritus, el que está en medio de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, es digno de abrir el libro y quitar sus sellos porque ha sido inmolado y con su sangre nos ha redimido,
La secuencia del texto de Apocalipsis capítulo 5 revela algo realmente maravilloso. Cristo es presentado como el León de la tribu de Judá, pero al mismo tiempo también es presentado como el Cordero.
Esto significa que, como cordero, fue tomado para sacrificio. Su sangre fue derramada por la transgresión de su pueblo.
El león de Judá puede ser representado de diferentes formas, las cuales han usado el símbolo del León de Judá como elemento fundamental dentro de sus banderas, estandartes e insignias. Y los significados van a depender según las creencias de los diversos grupos religiosos que adoptaron el símbolo.
El león de Judá en el cristianismo
De acuerdo con la biblia, en el cristianismo el León de la tribu de Judá está asociado con la figura de Jesús. La historia comienza con Jacob, quien cumple la predicción de que sus hijos serían los precursores del pueblo de Israel.
Por otro lado, el lema simbolizado por Reyes y el León de la tribu de Judá, se debe a las palabras llenas de bendición proclamadas por Jacob. El Padre de Judá llama a su hijo cachorro de león, hijo mío, creando el escudo por la profecía proclamada por Jesús el Mesías, donde dice que vendría de la tribu de Judá. Tal como lo revela el siguiente pasaje:
En este sentido el León de Judá, es un título mesiánico que se le otorgó a Jesús por ser el Mesías, gobernador del mundo entero. Procedente de la descendencia del rey David y de la tribu de Judá, y vino de quien derrotó a la propia muerte.
Y quien está presente para pelear en el juicio final. De esta manera va a demostrar a todos sus creyentes que en él está el camino, la verdad y la vida. Tal como lo revela su palabra: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6)
Por esta razón es de suma importancia que todos proclamemos la palabra de Dios y es hora de hablar del León de la Tribu de Judá, quien vendrá por segunda vez para hacer escuchar su rugido feroz. De esta manera el cordero de Dios se convertirá en el León de la tribu de Judá para establecer su reino.
El León de la tribu de Judá se escuchará en todo el mundo y su rugir trae las buenas nuevas de salvación para todos los que fielmente han creído en su palabra y obedecen su palabra. Por más de dos mil años los discípulos de Jesús, rugen con Él para que en toda la tierra se oiga la verdad del Evangelio.
Para dar la victoria contra el pecado y la muerte, contra el error de una vida sin la perfecta dirección de Dios. Para que los que crean reciban, la salvación de su alma para la eternidad.
Conclusión:
Amós 3:3-8 3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? 4 ¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare? 5 ¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador? ¿Se levantará el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo? 6 ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? 7 Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. 8 Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?
El León sale a nuestra defensa:
Si llevamos el león de la tribu de Judá a nuestra vida cotidiana debemos entender que en los momentos difíciles es muy probable que sintamos desesperación y angustia, pero Jesucristo triunfará ante cualquier situación, por lo cual no debes estar ansioso ni sentir preocupación, ya que él por su gran misericordia y cuidado nos conduce a la salvación.
Sin embargo, cuando descuidamos nuestra vida espiritual y nos desenfocamos podemos perder el tesoro de la salvación. Por lo cual es importante alimentar cada día nuestra relación con Jesucristo para incrementar nuestra confianza en el león de la tribu de Judá, quien es nuestro Señor y Salvador.
El único capaz de manifestar el juicio de Dios. Ejerce gobierno, ejerce la máxima autoridad, maximo señorío, máxima realeza,
En este sentido, El León de Judá es el símbolo por excelencia de la Tribu de Judá, y de acuerdo a las diferentes interpretaciones que aparecen en la biblia, podemos dilucidar que se refiere a la tribu del linaje de los Reyes de Israel, como los anteriores del Rey David.
Invocar al león, el cetro lo tiene El. Si el León ruge, todo el mundo tiembla, los enemigos tiemblan.. se debe desarrollar lo profético, porque cuando el León ruge, la congregación profetiza.
En otras palabras, Jesucristo, el cordero que fue sacrificado en la cruz del calvario, es digno. Sin embargo, pocos prefieren al Cordero como el León, y si lo prefieren quieren verlo como un cachorro ‘indefenso’, noble y tierno, pero el León ruge con furia. El León ruge desde Sión, ruge desde su Trono, y cuando ruge sus enemigos tiemblan y huyen espantados. Pues cuando ruge desata un sonido atemorizador, temible, con poder, capaz de derrotar a sus adversarios. Jesucristo el León de la tribu de Judá, ruge, y lo hace con furia, enojado, pues su pueblo está siendo engañado, robado. Ruge contra aquellos que quieren robarle la gloria que sólo a Él le pertenece y contra aquellos que comercian con la Iglesia. Nos desafía y compromete pues no podemos tomar solamente al Cordero y dejar de lado al León, pues Jesús dice; YO SOY el Cordero pero también soy el León de Judá y rujo con furia.
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